Sucedió hace dos meses, un pequeño niño llamado Ming Ming, de 6 años de edad, se deslizó a través de las rejas que cubren el balcón de un edificio en la provincia china de Hubei. El pequeño hubiera caido hacia una muerte segura si sus orejas no se hubieran atascado en los barrotes. Los vecinos escucharon los gritos del joven y los bomberos lograron rescatarlo.
El abuelo lo había dejado durmiendo en la vivienda y al parecer el niño despertó y al buscar a su abuelo cayó por la ventana. Al ser tan pequeño, su cuerpo logró deslizarse entre los barrotes de la reja pero sus orejas se atoraron milagrosamente.
Wang Shen, vocero del departamento de bomberos, explicó que "el niño podría haber caído al vacío o haberse estrangulado fácilmente".
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